martes, 21 de abril de 2015


La plata coloidal resulta muy versátil en su empleo, usándose en concentraciones de al menos 10 partes por millón. Es recomendada como eficaz herramienta desparasitante.

Se puede ingerir para hacer enjuagues o gargarismos (a fin de prevenir o tratar infecciones bucales), para limpiar heridas o quemaduras (al contrario que otros antisépticos no produce dolor al ser aplicada sobre cortes o abrasiones), para tratar tópicamente la piel (acné, verrugas, pie de atleta, etc), o para lavar los ojos (incluso los de los bebés) en casos de conjuntivitis y otras formas de inflamación e infección ocular.

También se puede usar vaginal o analmente, atomizada por la nariz (así la plata coloidal llega más rápidamente al foco infeccioso cuando se padece bronquitis o infecciones pulmonares), vaporizada o como desodorante (la mayor parte del mal olor de pies o axilas es causado por las bacterias que metabolizan las sustancias excretadas por las glándulas sudoríparas y la plata coloidal las elimina por completo).

Pese a su gran potencial individual, sugerimos siempre usar la plata coloidal como parte de un proceso depurativo que genere condiciones sinérgicas y complementarias, para que el organismo pueda manejar mejor el efecto desparasitante y sus secuelas concomitantes (mortandad de microorganismos, toxicidad defensiva de los parásitos, irritación, etc).

Durante el consumo del coloide de plata, es normal (y deseable) que puedan darse síntomas de crisis depurativas (diarrea, fiebre, expectoración, mucosidad, fatiga, estados gripales, etc), como consecuencia de su efecto. 
Dichas crisis suelen ser breves (dos o tres días) y remiten espontáneamente si garantizamos el adecuado reposo y la correcta hidratación.

Para mejorar la absorción de la plata coloidal, se recomienda poner gotas en la punta de la lengua o puede ser debajo de la lengua (sublingual). También puede aplicarse en gotas nasales y oculares (un par de gotas en cada ojo) en caso de conjuntivitis o irritación y en topicaciones sobre la piel (acné, verrugas, heridas, quemaduras) con el auxilio de gasas.

Se puede usar en mascotas: la cantidad a utilizar dependerá obviamente del tamaño; utilice un gotero para que llegue a la garganta o simplemente disuélvalo en el alimento o el agua. Hay experiencia en pequeños (parvovirus perruno, afecciones en aves y peces) y grandes animales (brucelosis, diarrea).

Para conservar el agua, basta usar un par de cucharaditas (nunca metal) de plata coloidal cada 4 litros de agua. En caso de aguas contaminadas por gérmenes o bacterias, se puede duplicar la dosificación y se evitará la toxicidad de los antisépticos a base de cloro, cosa que también puede hacerse en piscinas y natatorios. También puede usarse una cucharadita de coloide de plata para la conservación de alimentos. La presencia de la plata en la comida, ayudará al proceso digestivo, evitará la fermentación de los almidones, el enranciamiento de las grasas y la putrefacción de las proteínas.

Almacene la plata coloidal en frascos de vidrio caramelo, en un lugar fresco y oscuro, nunca expuesta al sol, a campos electromagnéticos o en refrigerador. Evitar poner en contacto la plata coloidal con plástico o metales. La vida activa del coloide de plata es de unos seis meses. Siempre conviene agitar antes de usar para asegurar la uniforme distribución.

0 comentarios:

Publicar un comentario

| - |